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Hombre muerto

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La noticias nos llegan escasas, amontonadas entre muchas otras tragedias:  Un hombre fue asesinado a balazos a bordo de un automóvil  ¿Es el mismo hombre del que me hablo mi padre? ¿del que le habló su padre? No sé si la historia se repite o simplemente la misma historia del pasado se asoma al presente. El futuro es un palimpsesto, un intento fútil de corregir lo que fue.        Le dispararon en al menos once ocasiones .  Mi padre, como un oráculo poseído por los dioses nos anuncio su muerte desde hace tiempo. No quise creerle. Tal vez ésta vez sea diferente, argumenté, pero no sin reservas, porque me atemorizaban las camionetas blindadas, las patrullas a deshoras, los gritos, las fiestas. Vimos con asombro cómo las paredes y habitaciones de la casa vecina se iban transformando mágicamente en un palacio.      Las balas impactaron en la cabeza y el pecho.  Sé que es el mismo hombre, el mismo del que hablaban mis padres hace tantos años, cuando hacían reuniones familiares. Yo cerraba los

The Good Place?

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Hace unas semanas por fin terminé de ver The Good Place  y en serio me gustó mucho el concepto. Trata temas muy oscuros (como el nihilismo y las crisis existenciales) con humor simple y optimista. Supongo que el concepto hubiera funcionado también con un humor más oscuro y tonos más absurdos, pero me gustó su onda pastel. La serie usa conceptos de filosofía (en la que no soy experta) para hablar sobre la vida, aunque curiosamente todo pasa en "el más allá"  Al morir, los protagonistas llegan al lugar donde pasarán la eternidad, aparentemente ese lugar es el paraíso: t he good place , pero las cosas no son tan simples y los protagonistas tienen más aventuras muertos que vivos. La primera temporada de la serie se parece mucho a la obra de Sartre A puerta cerrada de donde sale la famosa frase de “el infierno son los otros” Conforme va avanzando la serie los protagonistas descubren que el infierno no son los otros, sino la incapacidad de amar a los otros y comienzan a buscar for

Un sueño

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Un olor a tierra mojada y enmohecida me da la bienvenida al búnker. La oscuridad es casi total, pero un rayo de luz dorada se cuela por un orificio que no alcanzo a ubicar. El rayo ilumina una porción de los estantes que tapizan las paredes del lugar; alcanzo a ver pilas de libros en idiomas incomprensibles, muñecas viejas, sin ojos ni cabezas, trastes sucios y herramientas oxidadas. Me llega un olor a grasa industrial que me da náusea. Avanzo. La siguiente puerta me lleva a una celda circular, el agua encharcada me congela los pies, agradezco la oscuridad porque sospecho, por el olor, que el agua no está limpia. Tropiezo con algo que imagino es un estante por su olor a madera vieja, el mueble se tambalea, toda la habitación tiembla y un montón de libros y revistas viejas cae sobre mí. Aúllo de dolor. Adivino por la textura rugosa que los libros a mi alrededor son viejos y están descuidados, no tienen esa fragancia que tanto amo, por el contrario, tienen un tufo ácido que me asquea

No sé qué escribir

No sé qué escribir, a veces pienso que no quiero escribir y sin embargo, aquí estoy, escribiendo. En ocasiones pienso en Sócrates y sus advertencias contra la escritura, la amenaza que encierra el fijar las cosas en un medio físico. Solía pensar que eran ideas ridículas de un viejo loco, pero últimamente, con más frecuencia me encuentro dándole la razón. Fijar las cosas en papel es quitarles flexibilidad, fluidez, matar su capacidad de transformarse, no solo eso, la palabra en papel es casi siempre un cadáver ¿Cuántas veces no hemos “cancelado” a alguien por algo que escribió hace años? ¿Cuántas veces hemos hecho exactamente lo contrario a lo que está escrito en las leyes sin sufrir consecuencias?      Escribir, sí, pero ¿para qué? ¿para alimentar el ego? ¿para recibir likes? ¿para hacer dinero? Escribir es una locura, es un ejercicio fútil, pero como todo lo fútil, tiene su encanto. Así que aquí estoy, sumergida en la locura, escupiendo al cielo y esperando que el escupitajo me caiga

Ana Karenina

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" Todas las familias felices se parecen entre si, del mismo modo que las desgraciadas lo son, cada una a su manera" Así empieza Ana Karenina, un libro de casi 700 pag. que leí en un tiempo récord para mí porque me atrapó como pocos libros lo han hecho. Lo leí en la cocina, en el autobus, en el avión, en el baño y no lo leí en el coche porque me lo impidió la preocupación de estrellarme y quedarme sin conocer el final de la novela. Ana Karenina es una historia compleja y simple a la vez, o tal vez deba decir, dos historias complejas, una más dramática que la otra, una externa y otra interna. Podría ser una historia de amor, podría ser una tragedia, o tal vez podría ser eso y además un detallado retrato de la sociedad rusa de principios de siglo. Podría ser una telenovela digna del canal 2 sino fuera porque entremezclados en los trágicos jaloneos amorosos de Ana (Ana Arcadievna Karenina -Karenina es la forma femenina de Karenin, pues está casada con Alekséi Aleksándrovich Kare

La Pianista

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Se dice que "La Pianista" de Elfriede Jelinek es un libro autobiografico, si esto es cierto, la brutalidad y tragedia de la historia se multiplica y se vuelve inmanejable pues como en todas las tragedias humanas, lo que le pasa a uno le puede pasar a muchos, nos puede pasar a todos. Ericka Kohut es una maestra de piano ya entrada en años, frustrada pues no pudo cumplir su deseo (o mas bien los deseos de su madre de ser una pianista famosa) y vive reprimida y casi encarcelada por su autoritaria y chantajeadora progenitora. Ericka no sabe lo que es el añor, ignora cómo se desarrollan las relaciones humanas en el mundo real y para ella su mundo se reduce a su madre, su pequeño apartamento, las clases y la vaga idea de que hay que ahorrar para comprar un departamento mejor y más grande. No tiene una habitación propia, hasta en eso la madre le ha negado su individualidad y Ericka, que a pesar de todo es humana y siente los desos propios de la carne, se ve obligada a satisfacer est

Los Excluidos

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“Los Excluidos” de Elfriede Jelinek es un libro brutal, una novela de prosa avasalladora en la que las metáforas son arrojadas lejos y por la fuerza para dejar a su paso solo el discurso directo y a veces escatológico de Jelinek. En los excluídos, un grupo de cuatro amigos forman un grupo disímil que está unico por sus diferencias y que trata de lograr, a través de la violencia, trascender la superficialidad de sus vidas. Anna y Reiner son dos hermanos existencialistas que desprecian su oridinaria situacion económica y social y quieren creer que son superiores al resto porque han leído libros de filosofía y escucham música clásica. Reiner se autoproclama el líder del grupo y creé que los demás se someten a sus mandatos, cuando en realidad el es una marioneta de la sociedad a la que desprecia . Sofie, la niña rica del grupo se alía con los hermanos para perpetrar crímenes y acepta de buena gana la violencia involucrada en las relaciones con los hermanos, al igual que Hans, el cuarto int

Calaveras sin diablitos

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Etiquetas de Technorati: viajes , día de muertos , mujeres , religión Este fin de semana, por razones de las que no quiero acordarme como diría Don Quijote, terminé solita en Aguascalientes visitando el XV Festival de Calaveras. Aguascalientes es famosa por su feria de San Marcos, sin embargo, este festejo de muertos me pareció más íntimo y pintoresco.  Las festividades comenzaron el viernes 31 y terminaron con el desfile de calaveras el 2 de noviembre pero desafortunadamente ya no pude estar en el desfile porque tenía que regresar a trabajar el martes ¡ni modo! Llegué el domingo en la tarde, y lo primero que hice fue acudir a la oficina de turismo por mi mapita y a investigar que actividades podía alcanzar. Obras de teatro, ofrendas, música… ¡todo ya se había acabado! y había que esperar un buen rato a que empezaran nuevos eventos así que decidí lanzarme a la aventura y apuntarme para un recorrido al pueblo mágico de Asientos, un pueblo minero de los más antiguos del país.