Una noche cualquiera...
La noche tiene sus demonios, la noche te atrapa, te vence, en la noche se hacen cosas que no se hacen a la luz del día ¿será porque somos animales diurnos que en contra de su naturaleza penetran en la noche para decubrir que ella, la noche, es territorio prohibido, encantado? En la noche nos descubrimos de otra forma, y los instintos básicos del animal en nosotros como el hambre, la sed, el sueño, se vuelven necesidades secundarias, opacadas por las necesidades primarias del ente espiritual que nos habita. El deseo, el hedonismo y la búsqueda del placer toman el control.
A veces en la noche hago locuras, y en la mañana me convenzo de que todo fue un sueño. La noche es eterna y efímera, es todo y es nada. Es como si en la noche descubriera en mí una segunda naturaleza, el ánima volátil que me mueve y que cree en fantasmas y en milagros.
Es en la oscuridad de la noche que todo parece adquirir sentido, es en la ceguera más pura cuando las cosas se muestran como realmente son, cómo si los reflejos de la luz solar ocultaran con su brillo la verdadera naturaleza de las cosas. A veces añoro la ceguera, a veces quisiera oler, oír, tocar y dejarme llevar por todos los sentidos menos la vista, quisiera explorar esa sensualidad de los sentidos exacerbados por la falta de luz, quisiera exumar palabras con la piel, hablar con los olores y que mis manos tuvieran ritmo como la música, quisiera ya no ver esa imagen que me mira triste desde el espejo y que me pide a gritos que encuentre dentro de mí la verdadera luz que sé que sólo se puede ver en la oscuridad de la noche.
La ciudad yace a mis pies, quiero hundirme en ella...
A veces en la noche hago locuras, y en la mañana me convenzo de que todo fue un sueño. La noche es eterna y efímera, es todo y es nada. Es como si en la noche descubriera en mí una segunda naturaleza, el ánima volátil que me mueve y que cree en fantasmas y en milagros.
Es en la oscuridad de la noche que todo parece adquirir sentido, es en la ceguera más pura cuando las cosas se muestran como realmente son, cómo si los reflejos de la luz solar ocultaran con su brillo la verdadera naturaleza de las cosas. A veces añoro la ceguera, a veces quisiera oler, oír, tocar y dejarme llevar por todos los sentidos menos la vista, quisiera explorar esa sensualidad de los sentidos exacerbados por la falta de luz, quisiera exumar palabras con la piel, hablar con los olores y que mis manos tuvieran ritmo como la música, quisiera ya no ver esa imagen que me mira triste desde el espejo y que me pide a gritos que encuentre dentro de mí la verdadera luz que sé que sólo se puede ver en la oscuridad de la noche.
La ciudad yace a mis pies, quiero hundirme en ella...
Comments
La noche te atrapa, la noche te embriaga, la noche te fascina, la noche te envuelve y nada puedes hacer para evitarlo
Aunque a diferencia de lo que dices, yo prefiero percibir lo que la noche ofrece por los ojos. Me encanta ver todo lo que la obscuridad puede traer.