Una noche cualquiera...
La noche tiene sus demonios, la noche te atrapa, te vence, en la noche se hacen cosas que no se hacen a la luz del día ¿será porque somos animales diurnos que en contra de su naturaleza penetran en la noche para decubrir que ella, la noche, es territorio prohibido, encantado? En la noche nos descubrimos de otra forma, y los instintos básicos del animal en nosotros como el hambre, la sed, el sueño, se vuelven necesidades secundarias, opacadas por las necesidades primarias del ente espiritual que nos habita. El deseo, el hedonismo y la búsqueda del placer toman el control. A veces en la noche hago locuras, y en la mañana me convenzo de que todo fue un sueño. La noche es eterna y efímera, es todo y es nada. Es como si en la noche descubriera en mí una segunda naturaleza, el ánima volátil que me mueve y que cree en fantasmas y en milagros. Es en la oscuridad de la noche que todo parece adquirir sentido, es en la ceguera más pura cuando las cosas se muestran como realmente son, cómo si los ...