Borges el Memorioso, Funes el Mnemonista y el Hombre que confundió a su mujer con un sombrero...
Recuerdo... No, yo tampoco tengo derecho a pronunciar ese verbo sagrado, mi memoria es mala, de las peores. Nunca sé dónde dejé estacionado el carro y una vez dejé las llaves del departamento-junto con las del carro- pegadas en la puerta. Pero recuerdo a Borges, y recuerdo a Funes, el Memorioso. La primera vez que leí el cuento no lo comprendí del todo y de hecho me tomo varias lecturas entenderlo. Mi primer encuentro con la literatura borgiana fue a los 14 o 15 no recuerdo bien, y aunque no pude comprender del todo sus cuentos éstos me atraparon y hoy, mas de 10 años despúes, sigo releyendo a Borges y no solo me sigue sorprendiendo su narrativa, me sorprende sobre todo el hecho de que sigo descubriendo una multitud de otros mundos relacionados al de Borges, como si él autor en su terror a los laberintos, hubiera formado él mismo un laberinto de senderos que se bifurcan infinitamente.
Si el Aleph es un cuento de esencia matemática, Funes, el Memorioso es un cuento neurológico, más de una vez me he encontrado con la misma referencia: Funes el Memorioso = Luria y su Mnemonista y viceversa, ignoro quien imito a quien, pero supongo que como siempre, la naturaleza imita al arte (perdón por el lugar común).
Antes de su accidente Funes ya era un prodigio capaz de llevar la cuenta del tiempo de manera exacta si utilizar jamás un reloj, poseedor de una especie de logaritmo misterioso que le permitía navegar en la secuencia de los días y de los años. Oliver Sacks, en su libro "The Man who mistook his wife for a hat" menciona el caso de unos gemelos que amaban los números primos y que como Funes, podían mencionar el día correspondiente a cualquier fecha en un rango de miles de años. Para Ireneo Funes, un minuto es infinito pues en un momento se encierra la esencia misma del tiempo, Ireneo Funes es tal vez un mnemonista o tal vez un Savant* el proceso de la memoria se ha convertido en su vista antes estaba ciego dice, Irineo sabe como pasarse las horas muertas sin encender la vela, pues su memoria prodigiosa le ha permitido acceder a un mundo desconocido para el resto de los mortales.
Ireneo Funes ha inventado un sistema de numeración particular: En lugar de siete mil trece, decía (por ejemplo) Máximo Pérez; en lugar de siete mil catorce, El Ferrocarril; otros números eran Luis Melián Lafinur, Olimar, azufre, los bastos, la ballena, el gas, la caldera, Napoléon, Agustín de Vedía.
En lugar de quinientos, decía nueve. Cada palabra tenía un signo particular, una especie de marca; las últimas eran muy complicadas... Aquí es donde entra en juego la referencia al Mnemonista.
A.R Luria fue un famoso neurólogo ruso cuyo caso más famoso fue el de hombre cuya memoria prodigiosa le permitía hacer calculos imposibles para el común de la gente, pero era incapaz dehacer calculos aritmèticos simples... El personaje de Borges, Ireneo Funes es capaz de recitar de memoria complicados textos en latín, pero no necesariamente puede comprenderlos, como el dice, "Mi memoria, señor, es como vaciadero de basuras".
A la fecha se sigue discutiendo cómo funcionaba el cerebro del Mnemonista de Luria, al parecer el también poseía un sistema especial de numeración, como si contara con las palabras o con colres o con sonidos, pero no con números en el sentido estricto de la palabra, actualmente se cree que su asombrosa capacidad de cálculo y su memoria prodigiosa eran el resultado de un fenómeno llamado sinestesia (del griego syn + esthesia) . La sinestesia es un "defecto" neurológico en el cual una persona tiene en alguna forma "ligados" todos los sentidos, p.ej. un sabor, le trae a la mente una imagen o un sonido es un color y es gracias a esta interrelacion de los sentidos que los sinestesicos poseen una memoria prodigiosa, pues ellos pueden ver patrones, pistas, colores invisibles para los demás. Tal vez Funes era un sinestesico y por eso podía recordar con lujo de detalle todos los detalles de los detalles o tal vez era sólo el personaje de un cuento al que he tratado de ponerle nombre y sacarlo de ese laberinto en que su creador lo ha encerrado.
Borges, otra vez, como siempre...me sorprende.
*Se conoce como Savant a aquellas personas con alguna enfermedad neurológica discapacitantte tal como autismo o esquizofrenia, pero que por otro lado poseen habilidades artísticas o matemáticas que sobrepasan las de el ciudadano promedio.
Comments