Hoy en el taller de lectura :-)

Adán y Eva, Prometeo, Bush, El Papa y celulares que no se callan... ¿dónde? En el taller de lectura de Tomás Mojarro, El Valedor. En este país él es uno de los pocos comunicadores comprometidos con su labor (cuando recuerde otros, los apuntaré... pero ya llevo 20 min. pensando y no se me viene ni un nombre a la cabeza) México es un país de anti-lectores, ese hecho nos deja indefensos ante los ataques predadores de los medios de comunicación y la manipulación engañosa de los proveedores de bienes de consumo, hoy Mojarro habló de la neurosis, del vacío y la soledad que vivimos en esta sociedad moderna, dijo algo muy cierto respecto a la muerte del Papa, mis paisanos se desgarran las vestiduras porque murió un hombre y derraman lágrimas y más lágrimas... pero en realidad el mexicano llora por la muerte del Papa... o por la telenovela, o porque su equipo de fútbol perdió. En pocas palabras: El mexicano llora cuando le dicen que llore y ríe con las vulgaridades televisadas con las que se le obliga a reír. El mexicano llora hoy la muerte del Papa y mañana estará viendo la bazofia de Big Brother regodeándose en la porquería de otros.

La sociedad mexicana está cayendo o quizá ya ha caído en un estado de depresión tal que ya todo parece perdido... y no soy yo la pesimista, pesimistas son los otros, los que en vez de arrimarse al libro se entregan a la comodidad de vivir su vida a través de los personajes de la tele, pesimistas los que en vez de confiar en su propia fuerza e inteligencia para formarse una patria buena, prefieren entregar su libertad a unos gobernantes corruptos, aceptando sus mandato con tanta resignación como si para ello hubieran nacido.

En fin... que parece que vivimos en una sociedad neurótica tan embotada en sus sentidos, que sólo llora cuando le dicen los medios que llore, que sólo ríe cuando le digan que ría y siempre y cuando no deba pensar demasiado. Vivimos en una sociedad llena de gentes que están buscando la vida en el lugar equivocado, la vida está dentro y perdemos nuestro tiempo inútilmente buscando la vida afuera... despreciamos las maravillas que nos ofrecen los pequeños milagros cotidianos, creemos saberlo todo y de tanto fingir indiferencia hemos perdido nuestra capacidad de asombro, le damos importancia a cosas tan estúpidas como la marca de ropa que usamos pero a nadie parece importarle que nuestras calles estén llenas de suciedad y que el aire se esté volviendo irrespirable.

Me pregunto qué se necesita para despertar de este embotamiento, de ésta depresión que nos está matando... empezaré a buscar la vida dentro, en vez de buscarla afuera... pero cuando la encuentre ¿sabré reconocerla?