El Proceso

Acabo de terminar de leer El Proceso, de Kafka y me ha pegado cañón...me siento como el pobre Josef K., atrapada en un proceso cuyo principio desconozco y cuyo fin, aunque incierto, parece siempre cercano.

Las paredes de mi cubículo vendrían a ser un poco como los burlones guardias de mi prisión...y el contínuo papeleo que implican mis labores, serían como mis esfuerzos por terminar mi carta de presentación (ya se me olvido si ese era el nombre ¡¡qué pena!!) para tratar de salvarme.

Aquello de los diferentes tipos de liberación...¡¡¡que gruexo!!! la absolución absoluta, la aparente o el aplazamiento indefinido, puras formas de hacerse güeyes...justo como aqui, en la chamba o en nuestra sociedad...la absolución absoluta sólo si eres inocente...pero ¿¿¿puede siquiera ser culpable el ser humano???
la absolución aparente: alguna persona cercana al tribunal reúne firmas y cartas de recomendación a favor del acusado, al cual se le "absuelve" pero en realidad siempre se corre el riesgo de que se concluya que el juicio no está terminado y el proceso empiece otra vez desde el principio...eso me hizo pensar en nosotros los humanos...parece ser que nos encanta engañarnos, cuando no podemos terminar algo, adaptamos todo para que parezca que ya se han resuelto las cosas...pero siempre quedan detras de nosotros los rastros de la cosas que dejamos pendientes...y al final no hay manera de evitar las consecuencias.

Y lo del aplazamiento indefinido: el juicio nunca sale de los tribunales inferiores eso me recordo un poco a mí...atrapada en este alterón de procedimientos sin sentido, sabiendo que algo más debe haber allá afuera...allá arriba, en algún lado pero siempre con el temor de que ese algo sea terrible o desfavorable, queriendo salir pero temiendo hacerlo.

La otra parte que me impacto fue la de la catedral...cuando el sacerdote grita ¡Josef K! no hay nadie en la catedral...y Josef no sabe si hacer caso al llamado o no...sabe que si voltea no hay marcha atrás, no podría fingir que no ha escuchado. Pero al final termina enfrentando al sacerdote...éste le dice que su juicio va mal y a partir de ese capítulo todo apunta al final...nada parece tener sentido, nada vale tanto como para desatender el proceso, pero el proceso mismo no significa nada y sin embargo significa todo...la vida de Josef K. pierde todo sentido por sí misma, está ligada al proceso, es el proceso mismo...entonces es sentenciado y los guardias que han sido designados para ejecutar su sentencia parecen concederle a Josef la libertad de decidir el curso de las cosas, y enotces Josef actúa de acuerdo a lo que él creé que es su decisión, pero al final, después de seguir lo que él creé que representa una señal (la srita. Brüstner) llega al lugar que de antemano (o al menos pareciera así)estaba destinado a su ejecución... Lo cómico del asunto (porque Kafka tenía un humor negro bastate extraño) es que al llegar el momento de la ejecución los dos oficiales parecen debatir sobre quien debe llevar a cabo la tarea, todo esto sobre el pecho de un Josef K. completamente desconcertado y casi vencido, que piensa que lo correcto sería que el mismo tomará el cuchillo y diera fin a todo ese penoso asunto, pero no lo hace...sólo alcanza a gritar (cómo para no dejar) ¡Cómo un perro! esas fueron las últimas palabras de Josef K...me pregunto que pensaría un perro al respecto...

Comments

msagástegui said…
Hola, gracias por el comentario en el blog sobre lo de Element of Crime... je un poco raro encontrar chicas q escuchen esta banda.. grata sorpresa :) oh si te gusta Kafka te recomiendo a Robert Walser, en el blog tmb escribi algo sobre el... asi que si te animas consiguete: El Paseo o El Ayudante... Walser fue su escritor preferido... suerte y a ver si regresas el comentario y tmb para saber que te parecio el Die Schonen Rosen.

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