De regreso a las andadas...
Ayer, después de casi un año regresé a las andadas. Tenía tanto miedo de no poder hacerlo. ¿Que tal si me atropellaba un camión y me quedaba a medio camino con las tripas de fuera como esos perros que uno ve seguido al lado del periférico? ¿o si de plano me desmayaba de cansancio y moría de deshidratación en medio de la nada? Pero no podía no hacerlo, la pobre había estado tanto tiempo arrumbada, mirandome durante todos este tiempo con esos enormes ojos de perrito regañado, como preguntandome ¿por qué ya no me llevas contigo? ¿no te acuerdas de lo bien que la pasamos, los caminos que recorrimos? Largo tiempo estuve fuera de casa y eso lavo un poco mi consciencia de tenerla abandonada, pero cada vez que la veía se me partía el corazón, sus líneas algún tiempo impecables y relucientes, ese rojo brillante y lleno de vida ahora estaba apagado y sin fuerza. Sucia, sola y abandonada, parecía el reflejo de mi propia alma. Sin embargo, me costó mucho trabajo armarnme de valor para regresar a l...